sexta-feira, 6 de julho de 2007

La escritura fluctuante de Milton Hatoum

Cinzas do norte

Manaus, el Río Negro y el Río Amazonas constituyen el cuadro donde Milton Hatoum sitúa su tercera novela, Cinzas do Norte (Cenizas del norte), en la cual somos testigos de la amistad entre Lavo (el narrador) y Mundo (su amigo de infancia), durante los años de la dictadura brasilera.

Metafóricamente anunciado en el título, el autor nos cuenta el destino de los personajes y de la ciudad, y nos describe las relaciones complicadas entre las familias de Lavo y de Mundo, en un contexto histórico, regional y geografico claramente definido. Milton Hatoum registra con precisión los eventos y los lugares de vida. Estos últimos -la ciudad, la casa, la escuela, la selva, los viajes en barco- son amorosamente descritos. Algo borroso, sin embargo, fluctúa en la filiación entre Jano y Mundo. Algo nebuloso envuelve los vínculos afectivos de los personajes.

En el curso de la historia, aprendemos que Lavo vive con su tía Ramira y su tío Ranulfo, que tienen respectivamente una relación o idealizada o vivida por Jano y Alicia (padres de Mundo). Cuando no esta con Alicia, Ranulfo pasa su tiempo leyendo, vive mantenido por el humilde trabajo de su hermana Ramira, verdadero pilar (ella) de este grupo de parientes sin pareja ni padres. No obstante, el ambiente familiar está plantado en los afectos, los diálogos, las lecturas y los olores de la comida preparada por Ramira.

En la otra familia -el rico palacete del proprietario de la empresa de yute- el ambiente está más tenso. La dupla madre-hijo se opone constantemente al autoritarismo del padre: “a disciplina… um sonho besta do meu marido” (“la disciplina… un sueño bestia de mi marido”), dice Alicia, quien organiza escapadas con su hijo en Copacabana.

Desesperado por la actitud del hijo, Jano intenta utilizar a Lavo como modelo para poner fin a las tendencias artísticas de Mundo. Fracasa pero consigue que Mundo se integre al cuerpo militar por un tiempo bajo el comando de amigos militares. Un simple frase pinta con eficacia al ambiente de la época: “O tenente Trevo via subversivos nas árvores, ouvia um ruído nas folhagem e disparava com ferocidade” (“El teniente Trevo veía subversivos en los árboles, oía un ruido entre el follaje y disparaba con ferocidad”). El final de la novela revela la verdadera filiación de Mundo.

La intriga se sostiene en una escritura que anuncia algo funesto desde el título y la novela empieza con la carta de un “Mundo” moribundo dedicada al narrador, ahora un hombre maduro: “Uns vinte anos depois, a historia de Mundo me vem à memoria com a força de um fogo escondido pela infancia e pela juventude” (“Unos veinte años después, la historia de Mundo me viene a la memoria con la fuerza de un fuego escondido por la infancia y por la juventud”). Todo termina en cenizas, pero la memoria queda viva.

El rasgo distintivo de la escritura de Milton Hatoum podría ser la serenidad que emana de su texto. Desde el comienzo, el lector se deja llevar por el encadenamiento de las descripciones históricas, geográficas y de los personajes, particularmente logradas cuando se trata de describir la bella Alicia y su relación con su hijo. El desarrollo de la intriga se ve interrumpido por cartas escritas para Mundo que se insertan en la historia.

Los personajes pueden ser patéticos, fracasados o decepcionados en sus aspiraciones; pueden engañarse mutuamente sin que jamás la escritura sufra de esta triste situación; pero Milton Hatoum los presenta de una forma que termina conquistando al lector. El relato está enriquecido con los propios comentarios de los personajes (*). La coherencia del perfil de los caracteres y el cuidado otorgado al vocabulario es tan convincente que el lector entra en sintonía con el ambiente cálido y fluido de Manaus. De nuevo, Milton Hatoum se ha tomado el tiempo para escribir. Gracias a ello, la novela se lee al ritmo del gran río que roza Manaus, en un tiempo armónico y a contracorriente de la moda.

Dominique Liabeuf.
Magister en Lingüística y Literatura Contemporánea Francesa (París VII - Diderot). Cursó también un Diploma de Estudios Aplicados en el área de Antropología (Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales, section Chine).

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(*) ¿Qué se dicen los personajes?

Alicia falando com Jano
“Lavo é muito tímido... ficou órfão antes de falar mamãe”.

Alicia falando com Lavo
“Ramira sempre foi cobra na cozinha e na costura. Cobra em tudo que faz. Alias bem diferente de tua mãe… Ramira sempre foi esquisita, morria de ciúme da tua mãe, de todos”.

Jano falando de Lavo e Mundo
“Teu sobrinho promete coisa melhor... bem melhor que o tio e meu filio, que até agora não prometa nada”.

“Quero que Mundo ande por aí e largue essa mania de desenhar, desenhar...” - “Nehum livro de matemática nas estantes. Só arte, poesia.. pior ainda: nehuma fotografia de mulher, a não ser a da mãe. Meu filho não pode continuar assim”.

Jano falando do pai
“A vida do meu pai está arquivada aqui. Ele veio de Portugal sem um tostão no bolso. Só coragem e vontade de ser alguém. Um homen religioso que acreditava na civilização, no progresso”.

Mundo falando do pai
"Vou estudar e morar no colégio militar... não quero fugir, agora quero ir até... o fim da vida ou a dele não é a aposta que ele quer fazer?".

Lavo depois da oferta de Jano
“Ficou à espera de uma palavra ou gesto de assentimento, sem pensar na minha humilhação ou vergonha... o homen me oferecendo com a mão direita um envelope cheio de dinheiro, como se quisesse compartihar comigo o inferno moral, que era só dele” - “Nunca falei a Mundo dessa oferta generosa e infame”.

Ranulfo
“Trabalhando mana, trabalhando com a imaginação dos outros e com a minha”.

Ramira falando do irmão
“Um cigano... Aparece de vez en quando, depois some”.

Ramira falando de Jano
“é uma “mistura de riqueza material e correção moral fazia de Jano um ser perfeito. “a única falha desse santo homen foi cair no feitiço daquela mulher (Alicia)”.

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PS1. Encuentro correspondiente al jueves 14.09.2006.
PS2. Para más información, se puede consultar el site: http://outrababel.blogspot.com/2007/05/cinzas-do-norte-de-milton-hatoum.html